El concepto de "novela Netflix"
Que tendrán las series que nos atrapan, habiendo convertido el plan de domingo en serie y mantita en vez de peli y mantita. Y dentro del mundo de las series, que tendrá Netflix para haber conseguido la hegemonía, el haberse convertido en sinónimo de un estilo de ocio que se extiende a otras plataformas como HBO o Moviestar +.
Vivimos en una sociedad en constante cambio, donde necesitamos ser bombardeados con más información que antes, donde las modas duran menos, y los productos son de usar y tirar. Lamentablemente, el mundo para el que nos han preparado nuestros padres, ya no existe.
Recuerdo, con nostalgia, mi infancia (y quién no, supongo). En aquella época, un juego te duraba medio año, y al rejugarlo, el año entero; una novela o una saga podía dejarte pensativo durante semanas; y una buena película, incluso tenía oportunidades de convertirse en una leyenda. Los seres humanos, y no únicamente los infantes a cuyo grupo pertenecía, cuidábamos más las cosas, las aprovechábamos más, nos esforzábamos en exprimir hasta el último detalle de lo que teníamos.
Ahora hay más de todo. Si adoras una franquicia de videojuegos, no necesitas volver a jugar el que tienes, pues o bien por un módico precio (a veces gratis) o bien en cuestión de meses, tendrás más juegos de la misma o derivados. Las películas y series son "la mejor producción de la historia" hasta que se deja de hablar de ellas un mes después "por la llegada de la nueva mejor producción de la historia". Los libros, lamentablemente, son demasiado lentos para el vertiginoso mundo del ritmo en el que vivimos. El público, por norma general, se espera a la peli.
Este no es un artículo moralista, ni busca concienciar a nadie sobre nada. Su carácter es meramente informativo. Pero al igual que la industria audiovisual ha avanzado, adaptándose a los nuevos tiempos, la literaria también debe de hacerlo. Renovarse o morir. Y no por estar dentro de la rueda debo de alabarla, soy el primero que disfruta de la creación literaria y del proceso de elaborar nuevas historias, estudiar muchísimo sobre infinitos temas para poder reflejarlos por escrito, y pasar una infinidad de horas que nunca se ven recompensadas económicamente dejándome la vista delante de una pantalla. La literatura sigue siendo la mejor fuente de historias gracias a la complejidad que se puede encontrar por descrito. Historias apasionantes cargadas de detalles que representar en la gran pantalla o incluso que se puedan adaptar a los videojuegos, transmitiendo así la cultura a la población.
¿Quiero decir con esto que debemos de centrarnos en los cuentos, por su brevedad? Esto choca un poco con la complejidad de detalles de la que hablo. Hablo de reinventar el concepto de novela de la misma manera en que han hecho las series actuales con la televisión. Juego de Tronos, Westworld... cada uno conoce infinitos ejemplos de series que han triunfado y que siempre han dejado hueco a la siguiente. La idea es que el lector no piense que está perdiendo el tiempo con nuestra obra, sino que dentro de sí, la lectura cobre forma como si se tratase de una serie más de la que está disfrutando. Es una tarea compleja, no cabe duda: para ver la televisión muchas veces basta con sentarse y desconectar, y el proceso lector siempre va a llevar atado un esfuerzo imaginativo notable.
Para lograrlo, debemos de captar la atención del lector. Yo os invito a seguir los siguientes preceptos, que son los que estoy utilizando en mi novela Magdalena, publicada a través de esta misma web. Ellos van a dar forma al término que bautizaré como "novela Netflix".
- Capítulos cortos, que simulen una escena.
- Finales de capítulo en puntos álgidos, que inciten a saber qué ocurre después.
- Cambio de personajes entre capítulos. Es decir, nunca continuar el capítulo anterior. Si el lector quiere saber qué ocurre, debe de leer ese capítulo adicional que seguirá los mismos preceptos.
Claro está, que ninguna ley es infalible. Todos los escritores evolucionan y aprenden a lo largo de su vida, y cada uno debe seguir su propio estilo. No todas las obras que tengo por publicar siguen estos preceptos, ya que para el tipo de literatura que busco crear en El Caballero Verde no me interesa atraer al gran público, sino a los lectores apasionados.
La clave de una "novela Netflix" es hacer que disfrute de ella alguien que no ame leer. Que se enganche el lector casual y disfrute de la experiencia, pudiendo servir para que se interese un poco más por la lectura o para que desee que en el futuro se realice una superproducción de nuestra novela.
Seguramente habrá quien diga que existen numerosos estudios detrás de los "best-sellers" que traten estos preceptos y muchos más. Yo, por el momento, hago la literatura que me gusta y que considero, aunque de momento mi ejemplo más extendido sea a la vez el menos representativo: El Ministro del Silencio. Si alguien decide iniciarse en esto para escribir un "best-seller" y se fija en los estudios existentes para ello, le deseo lo mejor, pero le iría mejor estudiar fianzas. Creo que el objetivo principal de un escritor (o al menos el mío lo es) es ser leído por la mayor parte de gente posible, ya que lo único que compensa las horas invertidas en la creación de la novela es la satisfacción de que muchas personas disfruten de lo que has imaginado, y para ello sí que es necesario adaptarse a los nuevos tiempos.
A fin de cuentas, todos vemos Netflix, ¿no?
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